El ex-balneario El Recreo que fue tradicional en el Viña de antaño, estaba ubicado entre Caleta Abarca y la curva de Los Mayos. Junto a él un barrio de residencias aristocráticas de las cuales subsisten algunas, ya que a lo largo de los años el sector se está poblando de edificios de altura.
Primitivamente en ese sector sólo existía un roquerío. El lugar era la continuación de la antigua maestranza y astilleros de Caleta Abarca.
El balneario comenzó a materializarse en 1910 por iniciativa del senador Luis Barros Borgoño y del arquitecto Alfredo Azancot.
Las instalaciones del balneario se actualizaron en 1924 con piscina, baños calientes, pista de baile y salón de té.
Cabe señalar que la ruta entre las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso pasaba por la parte alta. Luego surge la vía del ferrocarril el cual estaba conectado con los muelles del borde costero y a un camino para su servicio, que más tarde fue de carácter público.
Junto al balneario existió una estación de trenes pequeña en la subida 18 de Septiembre y un tanto distante de la actual.
Años después se trazaron las líneas de los tranvías y se fue enanchando el espacio, ganándole terrenos al mar rellenando los roqueríos de la orilla, lo que permitió hacer más rápido el desplazamiento entre ambas ciudades.
La elegancia y la alcurnia se conjugaban con el balneario, con actividades tales como la pequeña playa y piscina en el día, y fiestas y bailes de su pérgola en las tardes y noches de verano. Sin olvidar de que era un punto obligado para contemplar los temporales en invierno.
Todo ello desapareció cuando se construyó la ampliación de la nueva avenida España. Nunca se previó la recuperación de ese emblemático lugar que ya estaba muy venido a menos, el que bien pudo conectar a la actual Caleta Abarca con el Club de Yates y otros recintos cercanos. Una gran ausencia de visión turística de los urbanistas de los años 80.
El rescate y conservación del pasado de nuestras ciudades es una imperiosa necesidad para la memoria ciudadana y es una obligación de nuestros municipios conservar documentos como los que se exhiben en el Castillo Wulff y que son parte de una historia local que en su momento contribuyó al auge de la ciudad.
Existen algunas vistas pintadas por Juan Francisco González que constituyen un testimonio pictórico de un lugar entonces lejos del progreso. Las fotos de la muestra permiten efectuar un recorrido a través del tiempo y de cómo se fue poblando el cerro del Recreo y de cómo nació el balneario.
La muestra permite a los viñamarinos y visitantes reconocer o apreciar un lugar que constituyó un hito en el desarrollo de la ciudad y de cómo adquirió la fisonomía que aún mantiene. Las fotografías del Archivo Histórico de Viña del Mar constituyen un registro documental de una enorme importancia y sin duda por su calidad visual adquieren más valor que un texto, por muy documentado que éste sea. El aspecto visual de esas fotografías es enormemente educativo y permiten a los vecinos actuales del cerro Recreo reencontrarse con sus raíces.
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sábado, 24 de abril de 2010
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Taller III
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- Paulina Echeverría O.
- Estudiante de tercer año, Ingeniería en Diseño de Producto, Universidad Técnica Federico Santa Maria, Chile.
1 comentarios:
Una pena que hayan pasado por arriba de todo, y tirado los escombros en ese pedazo de la historia de Valparaiso, no deja de llamar la atención ese montón de concreto que ahora padecen ahi sin sentido alguno...
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